Carlos no podía calmarse; la noticia lo había impactado y no podía aceptarlo. Tobías no dijo nada tampoco; solo estuvo de pie mientras lo observaba cómo lidiaba con el asunto. Estuvieron de pie unos diez minutos hasta que Carlos se desplomó sobre sus rodillas de repente.
—Dime la verdad, Tobías. ¿Cuándo te enteraste de esto? ¿Desde cuándo lo sabe mi madre?
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