Tobías levantó el teléfono lo más alto que pudo. Estaba sentado sobre la cama, así que era evidente que estaba en una posición más alta comparado con Sonia. Tras levantarlo, el teléfono quedó fuera del alcance de Sonia.
Sonia ni siquiera podía tocarle la mano, mucho menos tomar el teléfono. Al final, como no tenía ninguna opción, solo pudo saltar para tomarlo. Sin embargo, Tobías ya sabía que iba a hacer eso. Cuando saltó, irguió la espalda y levantó el teléfono de nuevo.
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