Aunque Sonia no escuchó lo que Rita murmuró al final de la conversación; notó cómo el rostro se le desfiguró en el momento en que se cerraban las puertas del ascensor. La expresión furiosa y los sentimientos hostiles eran tan intimidantes que Sonia se estremeció; sabía que la miraba así porque la respuesta que le dio no era la que quería. Rita esperaba que Sonia aceptara donarle un riñón a Tadeo, independientemente de que fuera su padre; sin embargo, no aceptó y eso fue lo que la enfureció.
En realidad, era una situación bastante divertida. Sonia no tenía ni idea en qué estaba pensando Rita y ni tampoco entendía cómo podía ser tan descarada para suponer que Sonia iba a aceptar la propuesta y salvar a Tadeo. Rita incluso recurrió a la hipótesis de que Tadeo era el padre de Sonia. «¿Tadeo García, mi padre?». Mientras miraba la pantalla del ascensor, se burlaba en su interior. «¿Cómo puede ser eso posible?».
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