Lo que dijo Sonia era evidente para Teo; creía que el hombre seguía vivo y no era seguro cuánto tiempo viviría. Por otro lado, Tobías estaba a punto de morir y temía que el corazón no llegara a tiempo.
—No se preocupe, señorita Reyes. El hombre está enfermo y ha sido hospitalizado. Tiene una enfermedad incurable con una expectativa de vida de menos de unos meses. Ya pasó mucho tiempo. Lo llamé ayer y me enteré de que le quedan solo dos días. Cuando muera, el corazón será enviado de inmediato aquí para que el presidente Furtado lo tenga —explicó.
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