Capítulo 923 Mucho más extraordinario que nuestro hijo

Tobías notó que Graciela lo miraba con atención y tenía una expresión extraña; sin embargo, no se molestó ni se sintió incómodo. Además, más temprano, por la tarde, les solicitó a sus secretarias casadas que fueran a su oficina mientras él estaba en la compañía; allí, les preguntó lo que podía llegar a ocurrir cuando conociera a sus suegros y, también, les pidió consejos para evitar cometer un error. Las secretarias le dijeron que sus suegros se comportarían de la misma manera que lo haría un padre cuando conocía a su futura nuera; por lo general, establecían una serie de pruebas para determinar si esa persona era adecuada para su hijo o hija. La mayoría de las veces, las pruebas que suelen proponer los futuros suegros incluían, en primer lugar, juzgar la apariencia. Si aprobaba esa primera prueba, podría ganarse la aprobación de los suegros. Por lo tanto, Tobías sabía que Graciela iba a observarlo con atención y, por eso, estaba preparado para ello. Entonces, cuando la anciana lo analizó, él estaba muy tranquilo y permitió que lo mirara detenidamente. Estaba bastante seguro de que lucía muy bien y, en verdad, ningún otro hombre era tan apuesto como él. Estaba claro que la apariencia de Marcos no contaba.