No era una broma, Sonia hablaba muy en serio. Si Tobías continuaba enfadado a pesar de que había hecho todo lo posible para convencerlo, ella se molestaría muchísimo. No podría sentirse bien poque todo su esfuerzo habría sido en vano. Tobías se dio cuenta de que Sonia no bromeaba, así que se enderezó y se recompuso antes de sacudir la cabeza a modo de respuesta.
—Ya no estoy molesto. Estoy bien.
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