Jorgelina se quedó muda ante las palabras de Sonia, a la vez su rostro se retorció por la frustración; después de todo, el brazalete era una reliquia que se legaba a las nueras de una generación a otra en la familia Furtado. Rosa siempre lo tuvo cerca; era difícil que alguien lo robara debido a las estrictas medidas seguridad de la antigua mansión. Además, Jorgelina creía que quien lograra robarlo tampoco se atrevería a ponérselo abiertamente; por lo tanto, enseguida comprendió que la razón por la que Sonia tenía esa joya no era porque lo hubiera robado, sino por algo más que tal vez no podría aceptar. Mientras se le veían unas cuantas arrugas en sus mejillas flácidas, la interrogó, irritada:
—Dime, ¿cómo conseguiste este brazalete?
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread