¡Esas personas seguían con el asunto! Pero ¿por qué? Al ver la expresión de Juan, Germán no tuvo más opción que aceptar la verdad. Cerró las manos en puños arriba de la mesa mientras las arrugas de su expresión lo hacían ver más anciano, y su mirada reflejaba impotencia.
—¿Qué fue mal?
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