Capítulo 609 Échenla
Efectivamente, tras el bocinazo, el auto de Tobías se movió y se incorporó al tráfico. Solo cuando Sonia no pudo distinguirlo de los demás, retiró las manos de la barandilla y volvió a la sala de estar; sin embargo, en cuanto entró, el teléfono que tenía en la mano sonó. Pensó que era Tobías quien la llamaba, así que atendió de inmediato para comprobarlo, pero no era él. En su lugar, era una llamada de la oficina de gestión de Ciudad Oceánica. «¡Qué raro! ¿Por qué me llaman a esta hora?», pensó desconcertada.
—¿Hola? —atendió.
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