Después de recibir la bofetada, Tobías se encontró dado vuelta. Sorprendido, soltó a Sonia descreído de que ella lo golpearía. Mientras, a Sonia no parecía importarle lo que Tobías pensaba. En cambio, encontró la oportunidad y dio dos pasos atrás, distanciándose de él mientras lo miraba enojada.
—Tobías, si quiere hacer un berrinche, vaya a su casa. Además, ¡quiero que me observe bien ahora mismo! ¡No soy Tania!
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