La desazón desapareció en cuanto dijo eso; se quedó mirando el escritorio, ocultando una mirada asesina que comenzaba a aparecer en su rostro. «Lo sabía. No será la última vez. Eso significa que tendré que animarla o conseguirle lo que quiera cuando lo quiera. Si no lo hago, me castigará. Maldición. ¡Esto significa que soy solo una marioneta!».
—Gracias, Tobías. Eres el mejor.
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