—Lo guarde durante bastante tiempo y lo tenía preparado; nunca lo había mostrado —contestó mientras ajustaba el collar para que el rubí quedara en el centro de las clavículas. Cuando quedó satisfecho con el arreglo, sacó la mano y asintió—. Se ve bien. Sabía que el collar que elegí te quedaría bien.
—Entiendo que halagues al collar, pero ¿por qué haces lo mismo contigo? —rió divertida.
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