La gerente no pudo evitar percibir el desdén en el tono de Ana.
—Ya que piensa que los vestidos de aquí están por encima de su presupuesto, por favor, vaya a mirar en otras tiendas. —Aunque la mujer no dejó de sonreír, ya no habló con la misma calidez; la estaba echando de la tienda de manera sutil.
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