Capítulo 661 La gran señora Furtado se desmayó
Sonia tomó la manta doblada, la abrió y la colocó sobre Tobías, pero eso no fue todo, sino que le pidió a Teo que encendiera el termostato y, solo después de que lo hizo, ella se vio relajada. El hombre, por otro lado, se sintió aliviado y un poco agradecido al ver que ella cuidaba con tanto cariño a Tobías. Esa demostración era suficiente para probar que valió la pena todo lo que había hecho y sacrificado por Sonia, dado que ella se lo había devuelto con generosidad.
En ese momento, cuando se sentó junto a Tobías, ella no tenía idea de lo que pensaba Teo ya que tenía el cuerpo inclinado hacia un costado mientras miraba su perfil dormido. Los efectos del consumo del vino en Tobías se veían reflejados en su rostro sonrojado, pero tenía sombras grises bajo los ojos que indicaban que no había dormido nada la noche anterior y se había desmayado solo por el alcohol. Ella supuso que tenía que estar agradecida de que solo bebiera vino tinto ya que, si hubiera bebido bebidas mucho más fuertes, habría terminado en el hospital en el mejor de los casos y muerto en el peor; la posibilidad de que eso sucediera hizo que Sonia sintiera escalofríos.
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