Solo tenía cinco años cuando falleció su madre. Por aquel entonces, no tenía ni idea de lo que era el cáncer, ni tenía ningún concepto formado sobre la muerte. Lo único que supo fue que su madre estaba demasiado enferma y que tuvo que permanecer en el hospital durante mucho tiempo. Ella quiso ir a visitarla, pero su abuelo apareció de repente y se la llevó con él. En aquel entonces, el anciano le dijo que Lisa quería que pasara las vacaciones de verano con él.
—Tu madre recibirá el alta cuando termine el verano —dijo su abuelo.
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