Capítulo 926 El entusiasmo de Graciela
Sin embargo, lo que sorprendió aún más a la mujer fue la suntuosidad de Tobías. Esas cuatro botellas de vino valían varios millones cada una; no obstante, las regalaba sin pensarlo demasiado. No solo eso, sino que esas bebidas prestigiosas eran invaluables; solo había cien botellas de cada tipo de esos vinos en el mundo. Con cada una que se bebiera, habría una menos de ellos. Pensó que la gente básicamente los compraba no para beberlas, sino para coleccionarlas. Y, sin embargo, Tobías regalaba esos vinos de colección; un nivel de fastuosidad al que poca gente podía llegar. «Parece que ha enmendado su comportamiento y de verdad quiere mucho a So. Si no, ¿cómo le podría regalar estos vinos a mi esposo? Al fin y al cabo, Cornelio no es realmente su suegro; aun así, le regaló todos estos vinos. Sin duda, esto significa que ama tanto a So que está dispuesto a tratarnos como sus verdaderos suegros por su bien, ¿verdad?». Al pensar en eso, en su interior había aprobado a Tobías y le dio unos cuantos puntos extra; en cuanto a los últimos puntos, tuvo que observarlo y escudriñarlo más.
Este parpadeó con ligereza por un momento, como si hubiera percibido lo que Graciela estaba pensando. Después de lanzarle una mirada a Cornelio, quien sonreía de manera pavorosa ante aquellos vinos, se levantó y le entregó a ella las bolsas con las cajas de regalo que le quedaban.
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