Sergio no podía evitar sentir que Sonia esperaba convertirlo en un lisiado debido al golpe que le había propinado.
—¿En serio? Los labios le empezaron a temblar—. ¿Intentabas dejarme lisiado? Con razón me golpeaste con tanta fuerza. ¡Pensé que habías subestimado tu fuerza por accidente, pero resulta que lo hiciste a propósito! —exclamó asombrando, señalándola.
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