Capítulo 792 El presidente Furtado es ser maldito
Mientras miraba a la mujer que dormía en sus brazos, Tobías se dio cuenta de que debía estar agotada, entonces se culpó a sí mismo y se sintió mal por ella. Sabía que esa noche no se contuvo, pero tampoco era precisamente su culpa. ¿Qué hombre pudo contenerse cuando estuvo en una situación tan íntima con la mujer a la que más amaba? Al frotarse la frente, pensó en disculparse con Sonia después de que se despertara y en comprarle un regalo; antes ese pensamiento, la cargó en sus brazos hasta el baño antes de asearla y asearse. Después de eso se durmió mientras la abrazaba; sin embargo, no durmió por mucho tiempo, ya que alrededor de las siete de la mañana ya estaba despierto.
Después de que se bañó y se vistió, la besó en la mejilla y salió de la habitación en silencio, luego se marchó de la residencia Bahía del Mar. La idea propuesta el día anterior ganó por unanimidad, así que, sin duda, ese día él tenía un gran trabajo por delante. La razón por la que tuvo que salir tan temprano fue porque tenía que ir a inspeccionar todas las fábricas; de lo contrario, se habría quedado junto a Sonia hasta que se despertara.
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