Después de todo, Sonia debía mantener una imagen para los demás en todo momento. Además, no podía permitir que alguien notara ese tipo de situaciones comprometedoras; de lo contrario, sería vergonzoso para ella. Al pensar en eso, volvió a fruncir los labios.
Por su parte, Tobías llegó junto a la puerta de la oficina para tomar el picaporte y abrir a Teo, quien esperaba del otro lado. Al ver a su jefe, el asistente sonrió con respeto y luego levantó la caja de comida de gran tamaño que sostenía en la mano.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread