—Bueno, esa cantidad de dinero ni siquiera me importa, así que no se desperdicia —dijo Tobías tras sonreír.
Sonia puso los ojos en blanco tras escuchar su respuesta. «Bien, retomamos el tema de que eres adinerado», pensó. Hubiera creído que presumía de su fortuna si no fuera por el hecho de que entendía a lo que de verdad se refería. A Sonia le parecía divertido y al mismo tiempo, estaba sin palabras.
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