Sonia se incomodó, estaba en total desacuerdo con lo que acababa de decir Tobías. «¿Quién dice que no fue vergonzoso? Estamos hablando del momento íntimo que tuvimos anoche. Además, acabo de sacrificar mi primera vez, así que es imposible que no me sienta avergonzada por eso. Por otra parte...». Sonia se acomodó el pijama y dejó al descubierto el hermoso cuello que, de no ser por las marcas rojizas de los besos, sería perfecto., Miró su propia clavícula con el rostro sonrojado, observó los chupetones y luego miró enojada al hombre que tenía a su lado.
—¡Mira lo que has hecho! Esto es inaceptable, ¡las personas no pueden verme así!
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