«Estoy acabada. El presidente Furtado y la señorita Reyes no me perdonarán esto. Me detuve a mitad de la pregunta porque podía sonar ofensivo; si bien la señorita Reyes puede que esté molesta con mi accionar, no me habría hecho nada ya que no la terminé de hacer. No tendría motivo para atacarme. Sin embargo, ahora que Yésica completó mi pregunta y remarcó que fui yo quien la hizo… ¡la señorita Reyes y el presidente Furtado me odiarán!».
Aunque la periodista estaba abrumada por el miedo, también sintió un odio repentino hacia Yésica; se giró hacia ella para mirarla con rencor. Tenía su rostro bien memorizado; «Si sobrevivo el castigo de la señorita Reyes y el presidente Furtado, me aseguraré de vengarme de esta mujer. Me aseguraré de que pase el resto de su vida lidiando con escándalos, incluso aunque algunos sean una verdad a medias».
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