Al pensarlo, Sonia le puso los ojos en blanco y resopló, tras lo cual, dio grandes pasos hacia la gran puerta de la mansión. Por otro lado, Tobías estaba confundido y se quedó parado en donde estaba mientras la observaba alejarse. «¿Otra vez está enfadada conmigo? ¿Qué sucede? ¿Qué hice?». Luego de una breve reflexión, estuvo seguro de que no había hecho nada malo y alcanzó a la mujer.
—Sonia, espera.
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