Sonia estaba sentada en un banco sin poder moverse. Apretó la botella con fuerza y miro el suelo, inmersa en sus pensamientos. De pronto, escuchó el sonido de pasos apresurados acercándose y una mujer que lloraba.
—¡Tania! ¡Mi pequeña preciosa!
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread