Por ello, aunque Sonia no pudiera ver, su «mirada» se posó en el rostro de Alicia. Ella estaba cansada y tan mareada y con tanto dolor de cabeza que sentía que le iba a explotar. Se desplomó sobre la mesa de la sala de interrogatorios y luchó por mantener los ojos abiertos para observar a las cuatro personas frente a ella.
No reconoció a los tres hombres, pero sabía quién era la mujer en la silla de ruedas que le había preguntado si ella era Alicia. Más precisamente, la había visto en una fotografía. Alicia respondió casi sin aire.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread