—¿Qué?
Sonia frunció el ceño y giró para ver de dónde provenía la voz, pero, antes de que pudiera ver la conmoción, su cuerpo se vio envuelto en un brusco abrazo. Tobías la rodeó con sus brazos y la hizo girar hacia un lado antes de que, un segundo después, se escuchara el sonido del cristal roto en el lugar donde Sonia había estado. Acto seguido, pudieron oír un intenso crepitar que imitaba el zumbido bajo de la corriente eléctrica.
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