No era la primera vez que se besaban por accidente ya que una vez también sucedió en la pista del centro ecuestre, por lo que no tenía que importarle mucho.
«Es como pisar excremento de perro; eso es todo». Respiró profundo y se volvió hacia Tobías, que esperaba para que tomara la carta. Ella apretó los puños, se dijo a sí misma que no cometería ningún error y se inclinó hacia adelante para tomar la carta. A Tobías se le iluminaron un poco los ojos cuando sintió el calor que provenía de sus labios, pero se desvaneció luego de un par de segundos. Ni siquiera fue suficiente para que lo saboreara, por lo que miró fijo el sofá ya que se sentía desanimado. Enseguida pasó un minuto y el gerente anunció las familias que pasarían a la próxima ronda: la número uno, la número tres y la número cinco, la cual era el equipo de Sonia.
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