Sergio no pudo evitarlo; se llevó la mano a la nariz y la olió para sentir el suave y placentero aroma que perduraba en su palma. Supo de inmediato que era el aroma del perfume de Sonia que se había quedado luego de que se estrecharon las manos. El perfume se sentía fresco y elegante, justo como el aura que emanaba Sonia. No pudo evitar querer sentir la fragancia durante más tiempo y eso fue lo que hizo; bajó un poco la cabeza para inhalar el perfume de su mano. Mientras lo hacía, se imaginó a Sonia en sus brazos, con la cabeza apoyada contra el espacio alrededor de su cuello. Se pudo imaginar toda la escena donde sería capaz de sentir el perfume en su cuerpo.
Sergio sintió que se le enrojecían las puntas de las orejas al mismo tiempo que sus latidos se aceleraban. En ese preciso momento, su cuerpo se sobresaltó en respuesta al repentino sonido del ascensor. Carlos salió del interior con un termo en la mano y casi se tropieza con la persona que estaba frente a él ya que no esperaba que alguien estuviera parado fuera del ascensor. Por fortuna, logró detenerse justo a tiempo para evitar golpear a Sergio.
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