La mirada de Tania se amplió de incredulidad. «Él lo admitió. ¿En verdad le coquetea a Sonia?».
Además de Tania, Melisa y Cintia también se quedaron estupefactas. De hecho, Melisa miraba a Sergio como si fuera un imbécil ya que ambos provenían de familias prestigiosas, así que ella lo despreciaba por haberse enamorado de una mujer divorciada.
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