La barriga de Sonia no se veía casi en ese momento, pero se podía sentir una protuberancia si se la tocaba. Lo que indicaba que los bebés estaban creciendo cada día. Faltaba tiempo para que los bebés comenzaran a moverse o nacieran, pero Tobías tenía el tiempo y la paciencia para esperarlos.
—Buenas noches, queridos —susurró a la barriga de Sonia. Después de presionarla contra su pecho, cerró los ojos y se durmió.
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