Gerónimo era el pilar de la familia Lombardo ya que ni Lidia ni Germán podían manejar la compañía de forma exitosa. Gerónimo era la razón por la que podían vivir una vida de lujos sin preocuparse; sin embargo, una vez que enfermera, sería cuestión de tiempo para que la familia fuera en decadencia. En ese punto, Lidia perdería su posición como la joven hija de una familia acaudalada y sería pobre. ¿Cómo podría pelear contra Sonia si no tenía nada? ¿Cómo podría ganarse el corazón de Tobías así? De hecho, había muchas posibilidades de que incluso no pudiera verlo más. Por ende, no podía permitirse que nada le sucediera a Gerónimo, sin importar qué.
—¡Abuelo! —le gritó con ansiedad mientras lloraba. Gerónimo se apoyó en ella para mantener el equilibro mientras jadeaba y tosía como si se sintiera sofocado y pudiera morir en cualquier momento. Como era de esperarse, los dos guardaespaldas estaban pasmados por tal escena y dieron unos pasos atrás apresuradamente mientras movían las manos, indicando que no habían tenido relación con el estado de Gerónimo.
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