Sonia no percibió nada extraño en el hombre, así que siguió frotándose los ojos mientras hablaba con el mismo tono de voz.
—Bueno... —Estiró las extremidades hasta que logró abrir bien los ojos. —No esperaba dormirme tan profundo. Ni siquiera logro despertarme del todo —murmuró mientras sonreía con timidez.
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