Los ojos de Tobías reflejaban un destello; él permaneció en silencio, al igual que Sonia; entonces, la sala de conferencias quedó en absoluto silencio. Luego de unos segundos, Carlos se puso nervioso debido a su enojo.
—Adiviné, ¿verdad? ¡El culpable es su acosadora! Las críticas e insultos que tiene que soportar Sonia son por tu culpa. Esta es la segunda vez. La primera fue Ana y ahora es otra. ¿Habrá una tercera? ¿Ah? —gritó.
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