—Sonia, ¿estás bien?
Ella acababa de responder cuando la voz del hombre se escuchó del otro lado, lo cual la tomó por sorpresa. En aquel entonces, incluso cuando Sergio hablaba en un tono ligero, el volumen de su voz era el adecuado, ya que no era ni bajo ni alto. Así que se preguntaba por qué hablaba tan fuerte en ese momento, dado que le gritaba por teléfono por cómo sonaba.
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