Aurora pudo darse cuenta, con solo mirar a Genaro, de que estaba luchando por resolver alguna situación, pero no le pidió detalles. Después de todo, él solo podía estar pensando en todos los chismes que circulaban por Internet o en su reciente discusión con Cristina. Como no podía ayudarle en ninguno de los dos casos, Aurora prefirió no meterse en sus asuntos.
Se dio la vuelta y se dirigió a la cocina para empezar a preparar la cena. Cuando Genaro vio que Aurora ya se había ido, se levantó y cerró la puerta. Luego, al volver a la cama, se apoyó en la cabecera y tomó su teléfono. Se desplazó por el registro llamadas en teléfono y se detuvo para ver el número de Cristina con su pulgar rondando sobre él.
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