Al final, la Señora Cibeles se negó a captar la indirecta e insistió:
—Consígueme un chofer que me lleve. Como ahora soy una monstruosidad para toda la familia, supongo que el resto está deseando verme marchar. Por lo visto, los hombres de esta familia no necesitan una esposa porque el trabajo siempre es lo más importante para ellos. Deja de intentar convencerme de que me quede porque ya lo decidí.
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