Capítulo 308 ¿Cuándo vas a anunciar nuestro divorcio?
Después de mirar a Sofía durante un rato con un cigarrillo en la boca, sonrió. Luego, tiró el cigarrillo y la siguió al interior de la casa. Sofía subió las escaleras y entró en su habitación, procediendo a tirarse en la cama y a dormir. Mientras tanto, Leonardo entró también en la habitación y se quedó de pie junto a la cama mirándola fijo.
Ya era mediodía y el sol no brillaba con fuerza; unos suaves rayos de luz entraban con delicadeza en la habitación. Leonardo se acercó y se sentó junto a ella. Levantó la mano y le acarició con delicadeza la cara. Su rostro era bello y suave, terso al tacto. Después de acariciarla durante un rato, se dio cuenta de repente de que sus acciones eran inapropiadas. Se levantó al instante y salió de la habitación, se dio media vuelta y huyó del impacto que eso le causó.
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