Ese día no había sido tan agotador, pero Cristina seguía estando bastante contenta de poder irse a la cama temprano. Ya estaba acostumbrada a dormir en el sofá, así que se quedó dormida enseguida. Sin embargo, escuchó un ruido en medio de la noche que la despertó. No se movió, sino que solo abrió los ojos y miró en dirección a la luz.
Era Genaro que iba al baño. Cada vez que eso ocurría, le resultaba muy incómodo porque el baño no estaba bien aislado, por lo que podía oír el más mínimo ruido con toda claridad. Entonces cerró rápido los ojos y fingió que seguía dormida.
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