Tras decir eso, Genaro volteó y vio a Cristina. Aunque no dijo nada, su significado era bastante claro. Liliana levantó la cabeza y miró a Cristina.
—¿Es su novia de verdad? Parece... bastante dulce —comentó con calma, con un tono tan plácido que no se podía saber si era un cumplido o un insulto.
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