Isabel dejó escapar un largo suspiro.
—Mi padre tiene absoluta confianza en mí. Solo se insinué, y lo ha organizado todo según mi idea. Esos cuatro inútiles son lo último que he hecho por su bien. No creo que vaya a volver, así que es probable que no volvamos a vernos, salvo que surja algún imprevisto en el futuro. Así que, adiós, Leonardo. Adiós. —Con una ligera sonrisa en su voz, continuó—. Por favor, transmite mis saludos a Sofía y dile que no se ofenda conmigo por los males que le hice. Era la primera vez que sentía algo por alguien, así que estaba obligada a hacer todo lo posible por conseguir a la persona.
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