El viaje duró una hora, ya que el hotel estaba bastante lejos del aeropuerto. Sofía entornó los ojos al ver el cartel del hotel antes de mirar a su alrededor. Es un buen hotel. La playa estaba a pocos pasos, y como era temprano, estaba llena de gente. Una vez que bajó del auto, el botones le sostuvo el equipaje.
Gerardo le reservó una suite que daba al mar. Entró para echar un vistazo antes de abrir la ventana, dejando que la brisa marina la acariciara. La cama estaba justo al lado de la ventana, así que se sentó en ella y miró el mar. Sofía trató de vaciar su mente de todo, incluido lo indiferente que era Leonardo hacia ella. Ya no iban a hablar, así que pensar demasiado sólo la estorbaría.
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