Al escuchar las palabras de Naomi, Cristina no tuvo otra opción que guardarse todas sus quejas para sí misma, ya que era incapaz de señalar el problema crucial: Genaro, ni siquiera le pertenecía en absoluto.
Solo había recibido algo de dinero, pero algún día también se agotaría. No obstante, una vez que algo se publicaba en Internet, no había forma de borrarlo por completo, lo más probable era que; los ataques mordaces y los abusos dirigidos a ella, volvieran a aparecer dentro de unos años.
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