Genaro y Cristina ya habían vaciado la casa alquilada. El día anterior se pusieron en contacto con el propietario y éste les dijo que podían dejar la llave ahí. Después de que Cristina preparara el desayuno, llamó a Aurora y a Genaro. Aurora también había dormido de manera muy cómoda durante la noche y parecía renovada. Salió de la habitación con una sonrisa en la cara y dijo:
—Hoy regresamos. Por fin nos largamos de este lugar infernal.
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