Después de que Lázaro volviera a subir al auto, abrió la caja sin dudarlo más. En el recipiente había un poco de carne conservada cortada en pequeños trozos, al probar un pedazo, le sorprendió que la comida estuviera deliciosa. Poco después, dejó la comida y miró el pasillo a través de la ventanilla, luego arrancó el auto y salió de ahí. En el camino de regreso, recibió una llamada de Jazmín, le dijo que había una fuga de agua en su cocina y quería que él fuera a arreglarlo.
Disgustado, Lázaro le dijo que llamara al mantenimiento del apartamento. «No puedo creer que me pida arreglar su fuga. ¿Se volvió loca?».
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