Después de colgar, Lázaro se volteó para ver que Santiago se había ido. Con los ojos entrecerrados, levantó la cabeza para observar el edificio en el que vivía Lourdes. Nunca se imaginó que alguien más estaría detrás de Lourdes, ya que suponía que él sería la única persona que se sentiría atraído por una mujer tan sencilla como ella, pero era evidente que estaba equivocado.
Lázaro regresó a la casa club en un estado un poco agitado y regresó a la habitación, no pudo dejar de pasearse. No podía esperar a tener en sus manos el informe de investigación sobre los antecedentes de Santiago, ya que estaba seguro de que el hombre tenía algún tipo de mancha en su carácter. Si pudiera conseguir una sola mancha, Lázaro la exageraría para fastidiar al hombre.
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