Se vio a Yolanda entrar en el vestíbulo con un termo en la mano. En cuanto vio a Guillermo, soltó un suspiro de alivio.
—¡Uf! Temía que te hubieras ido antes de llegar. En ese caso, mi esfuerzo habría sido inútil. —Entonces levantó su termo y dijo—: Te preparé una sopa.
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