Aurora conocía sus límites y ya había superado la etapa de soñar despierta. Cristina fue a mojar una toalla y regresó para limpiarle la cara a Aurora. Luego, le dijo algunas palabras de aliento. Aurora estaba de muy buen humor ese día y siguió sonriendo todo el tiempo. Al final, Cristina la ayudó a caminar de regreso a su habitación. Aurora en verdad había bebido demasiado. Cuando entró en su habitación y vio su cama se desplomó sobre ella de inmediato. Cristina consideró ayudar a Aurora a cambiarse de ropa, pero al final decidió no hacerlo. Después de todo, todavía se sentía un poco avergonzada para hacer eso.
Al final, solo levantó el cobertor para tapar a Aurora y apagó las luces antes de salir de la habitación. Después de todo ese alboroto, Cristina sintió que no podría volver a dormir. Tomó un vaso de agua de la cocina y se paró en el mostrador de la cocina a reflexionar sobre algunas cosas mientras bebía el agua.
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