Aparte de leer algunos documentos, Cristina no avanzó mucho en toda la mañana. Cuando llegó la hora de la comida, no comió en la cafetería de la empresa y, en vez de eso, tomó un taxi para regresar a casa sin más demora. Al llegar a casa, encontró a Genaro y a Aurora sentados en el sofá viendo el televisor. No estaba segura de que el programa fuera divertido, pero los dos hacían comentarios y se reían de este.
Cristina se puso las pantuflas y se acercó a ellos.
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