De camino a casa, Cristina recibió una llamada de Naomi, que se enteró de que había empezado a trabajar, pero le preocupaba si lo estaba pasando mal en el trabajo. También le preguntó si Gerardo le había enseñado algo nuevo. Cristina se inclinó en su asiento y exhaló despacio.
—Acabo de empezar, no es que haya aprendido algo nuevo todavía. La Señorita Guerrero está bastante ocupada con un proyecto en este momento, y no puede enseñarme mucho. Por ahora, todo lo que me da son tareas sencillas para facilitarme el trabajo.
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