Como no tenía experiencia, Cristina levantó la mano y después la dejó caer, sin saber dónde colocarla.
Mientras Genaro la besaba, comenzó a perderse y la presionó sobre la cama al final. A estas alturas, ella apenas podía respirar, pero al final volvió a levantar las manos y las apoyó en su pecho.
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